La tragedia

La tragedia

jueves, 25 de noviembre de 2010

Escena 8

En la seca noche, negra seda, una sombra vana bajo la luz de los tristes astros estirada hasta desaparecer apunto por momentos se retuerce, locura sombra, junto a la negra seda sombra que sueña enamorada sueño ebrio, en el bosque encantado de sombras de olivo y aromas de jazmín del cielo nocturno. Negra sombra cavila, locura amada embriagada por el sopor dulce y terso de la feminidad reclinada en sueño, entramada. Y sueña negra sombra retorciéndose locura en cavilaciones negras. “Amada, despertad, vuestra amada entramada os requiere…despertad, amada Atenea”. Atenea, loca hermosa, se despereza, gata sabia en sombras, y abrazadas Atenea entramada y La Locura, presente, en sombras reclinadas se aman lascivas saladas diosas sedosas de sal sacudidas, y manoseadas de hermosura rosa de pétalos de diosas, entramadas en loco amor lascivo sedoso salado de muslos tersos de belleza cálidos temblando de amor loco. La Locura y Atenea abrazadas, su vista ciega en el cielo oscuro plagado de astros, mudas se aman entramada y presente. Atenea y la Locura amadas gravitan en la brisa trágica con aroma de olivos en sombra de la presente noche estrellada. “Te amo, ¿me amas?”. “Te amo, amada”. “Quiero que sepas que te amo, amada, te amo, te amo…amada entramada…te amo, amada, amada, amada…te amo, entramada.”
***
Por un paseo de retorcidos olivos donde el romero, la albahaca y el laurel a la luz lunar prestan sus aromas, entre sombras, Marte y Asia en discusión coqueta, del brazo enlazados, pasean. Asia robusta y Marte veloz, eternos amantes en sombra, coquetos pasean enlazados del brazo en discusión Marte receloso de la lejana Asia hermosa diosa de enormes caderas. “Suena alta una voz; algo pasa, corramos veloces Asia”. Sobre el infinito negro estrellado una seca sombra roja estirada hasta desaparecer apunto por momentos en sombras amada entramada asesina loca Locura desdichada clamando al cielo gritos sobre la seca sombra roja amada de la nada, en sueños locos perdida corriendo hacia el horizonte oscuro de los tiempos Locura roja asesina en sombras. Marte vestido rojo veloz en sus brazos sujeta el cuerpo mustio de Atenea tronchado sencillo como una flor llorando desconsolado por tan inmensa tragedia sibilina de amor y poder. “!Impronto destino, cuánto dolor¡. Pétreas sombras cierran el cielo, en sombras violentas se ahoga mi corazón… Zeus…A Zeus rojo vestido veloz”. Marte sobre el prado arbolado nocturno, rojo vestido, se pierde raudo entre las sombras del destino, que oprimido y desconsolado, le aprietan dolorosas como una corona de espinas el corazón. Asia, hermosa diosa nerviosa, ante el tallo mustio una lágrima deja escapar y por la brisa negra de sombras su voz entrecortada con África habla temblorosa. “Sí, ocurrió…, dolorido traspiés…, sí…, desdichada loca, sí,…, sí, baste ya…Sí, se fue…, sí…,sí… vuestro…. Sí, el aire trémulo se mueve denso de negro cieno, sí…sí, adiós, hermosa diosa,…, sí, cuidaos”. Asia con su manto de seda oriental cubre la pálida flor tronchada de los rayos fríos del Sol matinal que hielan la brisa sobre el crispado firmamento grisáceo entonando una sinfonía triste de corcheas de nieve que caen lentas llorando la muerte en sombras de la bella diosa de la sabiduría.

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